¿Adónde fué mi ayer?
Su
cuerpo había descubierto el valor de abrirse a la realidad. La cinta que
engañaba a sus profundos ojos había sido desatada. Y una llama intensa y
melancólica avivaba el deseo de encontrar respuestas. Pero solo halló silencio.
Nada. Vacío.
Sus
cenizas se fueron esparciendo, sesgando la conciencia de quien la veía
apagarse, contribuyendo a crear el hoy de la amargura y legando contrición a
quien miraba y callaba...
Y su
intenso azul se encaramaba a un balcón de abismo interminable, a una lucha de
verdades insostenibles, donde efímeras rencillas pasan a forjar finas hojas de acero
que cercenan con solo mirarlas, permitiendo que el flujo de sangre chorree
limpia y sin detención alguna.
Y ni vendas de piedad ni apósitos de inocencia
perdida podrían devolverle el ayer que reclamaba.
Me gusta mucho como escribes, porque se van redescubriendo cositas al volverlo a leer, y porque uno puede identificarse en muchas frases, adaptándolas a sus recuerdos... con frecuencia, esos recuerdos son dolorosos y tememos quitar esas vendas que ya tan pegadas deben estar a ellos, miedo a que la herida vuelva a sangrar y a comprobar que no hemos cambiado tanto como pensábamos, o tal vez ees que lo hayamos hecho tanto que ya ni nos demos cuenta...
ResponderEliminarBesitos :)
Muchas gracias, beauty!!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, dichas vendas suelen ser una manifestación de nuestros éxitos y fracasos. A veces, las destapamos y nos llevamos una grata sorpresa, pues el miedo solo entorpecía la curación. Otras, arrancamos la costra del miedo al descubrirlas, que como bien planteas está pegada a nuestros recuerdos y el sangrado figurado nos causa ese dolor propio de ver que no avanzamos o que no nos reconocemos. Esas vendas son pequeños lastres ligados a aquellos dobles que vemos reflejados en el espejo ( ¿te acuerdas? :P) y por no quererlas apreciar o tratar, al obviarlas, un buen día nos damos de bruces con los corolarios de haberlo soslayado.
Un abrazo!!! :D
Oh si, esos dobles que somos nosotros mismos pero que a la vez no son tan ajenos y que incluso odiamos, otras veces anhelamos y extrañamos... creo que los miedos no hacen más que entorpecer nuestro avance, es algo que estoy viendo últimamente y que al final nos arrepentimos más de no haber arrancado esas vendas a ver que tal iba la cosa, mucho más que de haberlas dejado tal y como estaban por temor a lo que pudiera taladrarnos y herirnos más... no se muere fácilmente y siempre es preferible morir sintiéndose vivo que morir en un rincón de apatía y asustado de todo... Un besote linda
ResponderEliminarOh si, esos dobles que somos nosotros mismos pero que a la vez no son tan ajenos y que incluso odiamos, otras veces anhelamos y extrañamos... creo que los miedos no hacen más que entorpecer nuestro avance, es algo que estoy viendo últimamente y que al final nos arrepentimos más de no haber arrancado esas vendas a ver que tal iba la cosa, mucho más que de haberlas dejado tal y como estaban por temor a lo que pudiera taladrarnos y herirnos más... no se muere fácilmente y siempre es preferible morir sintiéndose vivo que morir en un rincón de apatía y asustado de todo... Un besote linda
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