Circunstancial

¿Cuántas veces habré escuchado la mítica frase: "Yo soy yo y mis circunstancias"?. Indefinidas veces. Y pese a siempre haber estado de acuerdo con su representación, ahora la noto extremadamente significativa. Es una época de cambios. Los cambios los lleva a cabo uno mismo, sí, pero no de manera excluyente ni unívoca: los cambios que tú creas o dejas que tomen forma, gestan en el seno de un contexto en cuyo interior se da una retroalimentación. Ese contexto acaricia unas circunstancias nacidas de una determinación, un espacio, un tiempo y todas tus variables personales, psicológicas, sociales junto con las de aquellos que te rodean y que por ende, forjan un efecto mariposa del cual desconoces las consecuencias...
¿Cambiamos con las circunstancias?¿Las circunstancias nos cambian?¿cambiamos porque queremos y/o porque es necesario evolucionar para no estancarse sin remedio y por tanto nos adaptamos a la vida en sí misma? Cada uno tendrá sus propias respuestas fruto de extraer las conclusiones a las que haya llegado. Unas respuestas que definen tu situación y van acordes con tu forma de retroalimentarte con y en el mencionado contexto.
Reflexionando, en muchas ocasiones, después de haber visto a una persona tras largo tiempo de ausencia (e incluso un corto pero intenso paréntesis en nuestras vidas), me he sorprendido al ver "cuánto ha cambiado" pero si me paro a llevar a cabo una introspección, en seguida me cercioro de que no ha sido el/la único/a. En este tipo de situaciones, reparas en que esos dos caminos que antaño iban parejos, se han separado hasta el punto de no reconocer a la otra persona. Probablemente le ocurra lo mismo contigo y sin embargo, es posible que hayáis compartido miles de momentos junto/as. Pero ambos seguís siendo los mismos, eso es innegable.
Otras veces, simplemente crees que ha cambiado porque aparentemente así lo has percibido, pero luego los sentidos te han engañado.
En otras ocasiones, sientes todo lo contrario ¿será que la otra persona no ha evolucionado con respecto al recuerdo que guardabas de ella o que vuestros caminos se siguen compenetrando?. Cuando ocurre lo segundo te llevas una grata sorpresa, la verdad.
Y respecto a mí misma, he de confesar que estoy muy contenta con mis circunstancias, mi evolución, y el haber sabido interpretar la comunicación con mi entorno para poder haber llegado a ser quien soy. Por lo menos en lo que a mi presente concierne.
A veces, dejas en el camino vínculos que en su día parecían irreemplazables y ganas otros tantos que ni siquiera sospechabas que existían... Ley de vida.
Pienso que cuando aceptas tus circunstancias empiezas a aceptar quien eres, y cuando te aceptas, puedes iniciar el camino de ser tú mismo porque te encuentras. Tienes ganas de vivir impetuosamente y de seguir aprendiendo de tus errores, con ganas de crecer, de compartir. Y sí, seguramente las crisis existenciales darán innumerables giros a tus circunstancias para que cambies con ellas, te pierdas, te hundas, ansíes la tranquilidad que se te ha escapado entre los dedos, busques y rebusques la manera de acercarte a ti mismo de nuevo... Y lo harás, porque en el fondo, aunque creas haber retrocedido, sigue siendo tu lucha y no vas a perderla. Porque en ocasiones, es necesario retroceder unos pasos para tomar el camino que te hace avanzar.   

Comentarios

Entradas populares