Voracidad del espíritu


Una nueva vida…
Sin lamentos ni arrebatadoras pasiones que secunden un amor libre de fallos, prometan la inocencia de una fresca primavera o la ingenuidad del árbol cuyas hojas, suavemente balanceadas por el viento y arrancadas de su lecho, caen  en la tierra que nutre la raíz de su progenitor. 
Desnuda te sientes liviana y con avidez invocas risas para  que alimenten tu bienestar, delicia de todo corazón exaltado.
Lo más bello, reír, lo más etéreo, soñar.  
Y esas palabras elocuentemente enlazadas que desencadenan melodías que te hacen vibrar al son que conjuras alegría e ilusión por donde pasas.  
Y lo notas. Y vuelas. Y ríes. Y sueñas. Y te entregas sin más.
E imaginas que hoy no acaba nunca.

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